Descripción
Asistimos a un momento histórico, donde debemos reivindicar el papel de la educación en la transformación de la realidad social, en el batallar contra las desigualdades que en ella persisten. Esa tarea es siempre política, en su más amplia acepción. La educación y la cultura son campos que se interrelacionan y que deberían estar más allá de los avatares político-partidarios de los gobiernos que estén momentáneamente en el poder.